Me hubiera gustado tener una foto "mejor" de esta tarta, pero era para un regalo y sólo tuve tiempo de fotografiarla con el móvil. La cuestión es que es tan deliciosa y jugosa que se merece una entrada en este blog. La receta me la pasó mi amigo Paco, y aunque se me perdió, aquí os dejo mi versión, creo que es como la original que él me pasó.
60 gr de nueces (con avellanas también está deliciosa)
150 gr de aceite de oliva virgen extra suave
4 huevos
200 gr de azúcar (me gusta poner 100 gr de azúcar de caña+100 gr de la normal)
1 cucharadita de jengibre molido
1 cucharadita de canela molida
250 gr de harina de repostería
2 sobres de gasificante para repostería
Relleno y cobertura:
250 gr de azúcar glass
300 ml de nata líquida para montar ( a veces pongo 200ml de nata de cocinar+1cucharadita de gelespessa)
50 gr de mantequilla o margarina a temperatura ambiente
Mientras dejamos que se enfríe el bizcocho preparamos la crema con la que vamos a rellenar y decorar la tarta. Montamos la nata y la ponemos en un cuenco grande, batimos la mantequilla junto al queso, le añadimos el azúcar y batimos hasta que esté bien integrada. Unimos a la nata montada y mezclamos.
Partimos el bizcocho por la mitad, ponemos parte de la crema sobre una mitad, tapamos con la otra, recordad que para la tarta os quede mejor debéis dejar arriba la base del bizcocho ya que es más liso. Cubrimos con el resto de crema y decoramos, en este caso he hecho unas pequeñas zanahorias con fondan. Podemos poner nueces de adorno.