En cada una se encontrará una receta diferente, yo os voy a poner cómo las he hecho en esta ocasión.
Es costumbre encontrarlas hechas de pintarroja, de bacalao, de merluza, de boquerones... o de una mezcla al gusto.
Es costumbre encontrarlas hechas de pintarroja, de bacalao, de merluza, de boquerones... o de una mezcla al gusto.
1 kilo de merluza
1 kilo de bacalao en su punto de sal
2 latitas de atún con el aceite escurrido
4 o 5 huevos (según sean así añadimos de cantidad de pan)
2 ajos
Perejil
Zumo de limón
Migajón de pan o pan rallado (es costumbre comprar un pan grande para sacarle la miga)
Sal
Pimienta
Clavo
Azafrán en hebra
Aceite de oliva
Vinagre
Se fríe el pescado a fuego medio, no hace falta que se haga demasiado. Simplemente para poder despegar las raspas de la carne (aunque yo pongo el kilo de filetes ya limpios)
Mi madre lo pasa por picadora manual, pero eso al gusto, hay que desmigarlo.
En una ensaladera ponemos el pescado desmenuzado, el zumo de un limón, el pan, ajo picado, perejil picado, azafrán, clavo, la pimienta y los huevos batidos. Removemos hasta conseguir una masa y dejamos unas horas que coja sabor.
En un plato ponemos vinagre y nos untamos las manos para ir haciendo bolas con la masa y así formar las albóndigas sin que se nos peguen demasiado a las manos.
Freimos en aceite de oliva virgen extra.
Si las hacemos en caldo las hacemos más grandes y más pequeñitas para las que comeremos fritas.
Para caldo hay varias opciones, podemos hacer un fumet de pescado y añadimos las albóndigas o bien las ponemos en agua que salamos y agregamos un poco del aceite de freír las albóndigas. Damos un hervor y cuando haya templado agregamos una yema de huevo que habremos montado con aceite y vinagre haciendo una especie de mayonesa. Mezclamos con el agua haciendo así el típico caldo de las albóndigas. Podemos añadir al caldo: azafrán molido, ajo, laurel... hay tantas variaciones como casas.
Nota: si no tenemos tacto con el clavo, el azafrán, etc... Hay un preparado de paella en Mercadona que lleva todas esas especias y es más fácil aliñar la masa sin pasarnos en sabor.
Se pueden hacer con antelación y dejarlas fritas listas para cocer. También las más pequeñas darles una fritura rápida para que no pierdan la forma al congelar y listas para sacar del congelador y freir cuando queramos.