26 mayo 2013

Springerles


 La primera vez que vi estos dulces alemanes fue en uno de los primeros números de la revista Whole Kitchen, allá por el 2010  Patricia Arribálzaga , de Cakes Haute Couture, nos los presentó. 
Me enamoré de estas galletas, de los pequeños detalles, pero sobre todo de los moldes. Por aquel entonces era dificilísimo encontrarlos en España, había que comprarlos en Estados Unidos o en Suiza, por supuesto en Alemania. Total, que los dejé apartados para un futuro. Por abril de este año una amiga de facebook comentó unas galletas springerles y mirando la procedencia vi que era de una tienda de Valencia. Pero la verdad es que ve una tantas cosas en las redes sociales que no investigué mucho. Pero casualmente hace un par de semanas la misma amiga me mandó una foto de sus galletas listas para hornear, en ese momento me entró un deseo irrefrenable de tener los moldes, los ingredientes y de hacerlas. Y así lo hice. En Cukiart Valencia, dónde podéis encontrar los moldes os van tratar estupendamente.
Desde agosto del pasado 2012 abrieron sus puertas tanto con tienda física como tienda online y han llegado para introducirnos en el fascinante mundo de las springerles. Y desde este pasado abril se están paseando por toda España dando cursos para la técnica de estas galletas. Los moldes no son baratos pero realmente es que se trata de obras de arte. Con deciros que vienen con cáncamos para poder colgarlos y que decoren nuestras paredes, son preciosos.

Las galletas springerles tienen toda una preciosa historia a sus espaldas. He descubierto varias versiones así que os dejo San Google para que investiguéis. Eso sí, hoy en día se realizan sobre todo en Navidad, en Alemania, y la característica que tienen es que son blancas.  Son de anís, aunque se pueden hacer variaciones, pero estas son las auténticas y además se utiliza en su elaboración un impulsor especial que es el Hastshorn (Carbonato de amonio), que es con lo que hay que tener más cuidado porque en cruso es tóxico, así que prohibido probar la masa sin cocer. Pero este leudante es especial y es lo que hace que las galletas suban hacia arriba en la cocción y queden abizcochadas.
La primera vez que hace uno algo nuevo pues tiene la duda de si lo estará haciendo bien o no, así que hay que ir un poco a la aventura. Yo he utilizado la receta del libro de Patricia, un libro que tiene que formar parte de nuestra librería repsotera porque es una joya.




Vamos a la receta:
Receta de Patricia Arribálzaga

Ingredientes

3 huevos (a temperatura ambiente)
375 gramos de azúcar glasé
60 gramos de mantequilla (a temperatura ambiente)
¼ cucharadita de sal
½ cucharadita de levadura en polvo o 2 gr de harstorn*
500 gramos de harina
½ cucharadita de aceite esencial de anís

 *las Springerle con hartshorn resultan con mejor textura, pero se puede reemplazar por la levadura en polvo: ½ cucharadita de hartshorn equivale a 1 cucharadita de levadura en polvo. Para reemplazar la levadura en polvo por el hartshorn para esta receta hay que mezclar 2 gramos de hartshorn en 1 cucharada sopera de leche (dejar reposar durante 1 hora y media) y agregar a los huevos batidos.

Preparación
Batir con varillas los huevos durante 15 minutos en batidora a potencia máxima (con una batidora manual batir durante 20 o 25 minutos) los huevos deben quedar de color muy claro, esto es necesario para que las galletas salgan de color blanco.

Incorporar lentamente el azúcar glasé tamizada batiendo a baja potencia, luego incorporar la mantequilla y seguir batiendo hasta que la preparación esté cremosa. Agregar la sal y el aceite de anís.

Incorporar la levadura en polvo a la harina y tamizarla. Cambiar las varillas de la batidora por la pala mezcladora, agregar la harina mezclando a velocidad mínima, cuando la masa esté lista, terminar de ajustarla amasando bien en la mesa con un poco de harina hasta que la masa no se pegue a las manos, la cantidad de harina para ajustar dependerá del tamaño de los huevos y de la humedad ambiente.

Sobre una superficie espolvoreada con harina estirar la masa con rodillo y con un pincel, pincelar con poca harina los moldes y la superficie de la masa estirada, cortar la masa en trozos y presionar en los moldes, retirar los moldes y cortar las galletas con molde,  con un cuchillo o cortapastas de rueda.

Disponer las galletas en una bandeja cubierta con papel de horno y dejarlas reposar descubiertas entre 8 y 24 hs. (Durante toda una noche es suficiente)

Hornearlas a 150º entre 10 y 15 minutos dependiendo del tamaño de las galletas, no deben dorarse ya que perderían su característico color blanco.

Se pueden envasar en bolsas de celofán o conservar en latas durante meses y mejoran su sabor con el tiempo.







Para el que nunca haya probado estas galletas que se olvide de cualquier parecido a otras galletas. Son abizcochadas, forman pie igual que los macarrones, realmente cuando las probé me recordó a la textura de los macarons, así que si hubiera que describirlas os diría que son como los macarons "galletizados"







Nota: Si por error en la cocción os quedan duras podéis meter en la lata que se conservan unos trozos de manzana fresca lo que ayudará, según dicen, a que vuelvan a ponerse tiernas.




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