Pues como todo lo bueno se acaba pronto y mañana tendré que volver al trabajo (suerte que en dos semanas vuelvo a coger vacaciones) os voy a contar algunas cosillas de nuestra experiencia en el Adventures of the Seas, de Royal Caribbean.
Llegamos a Málaga el 24 de julio a las 11 de la mañana con una especie de "miedo" a lo desconocido, normal en mí en estos casos, y nos encontramos con ese barco que tantas veces habíamos visto por internet. Por mucho que sabíamos a través de los foros de cruceros nada es igual que vivirlo en primera persona. Es increible cuando entras allí y te encuentras tantas cosas impensables en un barco (estos americanos son la leche), una avenida con tiendas, bares, cafetería y desfiles incluidos. Un teatro, un cine, una pista de patinaje sobre hielo, varias piscinas, mini golf, pista de baloncesto, escalada, patinaje en línea, casino, jacuzzies, spa, gimnasio, buffet, los comedores principales muy elegantes. Y qué contaros más, pues que me ha encantado vivir allí una semana de mi vida. El trato ha sido excelente tanto en el camarote, como en los bufets y en nuestras especiales cenas. Muchas gracias a David (Costa Rica), nuestro asistente de camarote, a Cengiz (Turquía), nuestro camarero y a Kevin (Guatemala) nuestro asistente de camarero (perdonad si os cambié el nombre, sorry if I you changed your name). Nos habéis echo sentir especiales estos días, siempre os recordaremos.
Me ha gustado mucho esta forma de viajar, estás en una habitación de hotel que cada día tiene diferente escenario al mirar por la ventana. No hay que mover maletas de un sitio para otro siempre tienes tu ropa ahí colgada en tu armario.
Os dejo unas fotos de algunos de los suculentos platos que hemos tenido el privilegio de ver y probar:
Cuando un día termina siempre nos espera un nuevo amanecer, Chari.